QUIÉN FUE ÉL?

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La mayor parte de los peregrinos que se aventuran a realizar el Camino conocen bien la historia de quien dió origen al fervor devoto y al misticismo inspirador de este recorrido. Un itinerario que tiene muchos puntos de partida pero una sola meta: la Catedral de Santiago. Sin embargo, puede que no todos los caminantes sepan quién fue realmente el apóstol Santiago…

Patrón de España y evangelizador del norte de la Península Ibérica, fue uno de los primeros discípulos en derramar su sangre y morir por Jesús. Pertenecía a una familia de pescadores y, según algunas teorías, llegó a las tierras del norte por la deshabitada costa de Portugal. Aunque existen discrepancias al respecto.

Tras reclutar a siete varones apostólicos en su labor predicadora, regresó a Jerusalén donde fue torturado y decapitado en el año 42 bajo las órdenes de Herodes Agripa I, rey de Judea. Según la leyenda, fueron esos mismos siete discípulos los que, tras escaparse y aprovechando la protección que la oscuridad de la noche les brindaba, trasladaron el cuerpo del apóstol en una barca hasta Galicia. Allí depositaron su cuerpo en una roca con el objetivo de solicitar a la reina Lupa que les cediese tierras para sepultar a su maestro. Acusados por la soberana de soberbios, fueron enviados a la corte del rey vecino donde se les envió a prisión. La tradición apunta a que lograron liberarse gracias a un ángel y que, en su huída, protagonizaron también otros milagros. La reina, rendida ante la consistencia de tales inexplicables eventos, se convirtió al cristianismo y, finalmente, cedió su palacio particular para enterrar al Apóstol. Y es ahí  donde, en la actualidad, se erige la catedral de Santiago.

Nada menos que ocho siglos más tarde, un ermitaño, bajo la potente luz de una estrella, se topó con un altar y tres monumentos funerarios con un letrero que rezaba «Aquí yace Santiago, hijo del Zebedeo y de Salomé». El religioso atribuyó los restos óseos a Santiago y a dos de sus discípulos e informó del descubrimiento al rey quien, tras visitar el lugar, nombró al Apóstol patrón del reino y mandó construir una iglesia en su honor.

La autenticidad de los restos del apóstol Santiago ha generado, sin embargo, no pocos y encendidos debates y protagonizado meticulosas investigaciones. Existen diversas lagunas en una tradición colmada de rigor histórico al mismo tiempo que de leyendas mágicas. De hecho, se cuenta que las reliquias tuvieron que ser escondidas para evitar profanaciones y se perdió su pista hasta finales del siglo XIX cuando el papa León XIII reconoció oficialmente un segundo hallazgo que había tenido lugar tras unas excavaciones.

Más allá de lo que haya de cierto y verificado o no, la vida y la muerte  del Apóstol Santiago son el origen de toda una tradición y de una especial travesía que inspira a millones de personas hoy en día.. .Muchos de ellos,  principalmente de Europa, recorren precisamente el “Camino de Santiago” que conduce a la tumba del Santo, con el fin de pedir perdón. O de culminar simplemente un viaje interior muy personal.


Fuentes: vivecamino/diariodequetaro
Imagen: Xornal Galicia

 

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