CAMINO CANINO.
Hacer el Camino junto a un perro puede hacer que la peregrinación sea realmente inolvidable. Y es que esta aventura compartida con la mascota tiene grandes ventajas: paisajes que saben a pura diversión; ríos que se convierten en zonas de recreo atardeceres que no conocen la soledad…La inocencia y la alegría de estos animales es tan contagiosa que se vive cada momento con mayor plenitud.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce ya que esta elección también trae consigo complicaciones. Para empezar, la incomprensión de otros caminantes. Dado que la presencia de un perro no siempre es bien aceptada, será necesario realizar todo un despliegue de paciencia y entereza para que todos puedan disfrutar del viaje sin preocupación alguna. Habrá albergues que no acepten animales lo cual obligará a recurrir a hostales, casas rurales o pensiones que sí contemplen esta opción (aunque sea a un precio más elevado). Tampoco hay que olvidar el peso extra en la mochila ya que, además de las propias pertenencias, habrá que incluir las del perro (comida, cepillo, chubasquero…etc). Puede que incluso haya que modificar horarios (para evitar las horas de más calor tan perjudiciales para los animales) o reducir el número de km diarios para no fatigarlo en exceso. Es decir, es crucial aceptar que llevar al perro condiciona el Camino. Pero eso no significa que deba limitarlo.
Porque, a pesar de los pequeños obstáculos que haya que sortear, lo importante es que la compañía de una mascota siempre ayuda a conectar con otros peregrinos y amantes de los animales y a valorar muchas de esas pequeñas cosas que en la comodidad del hogar pueden pasar desapercibidas. La hospitalidad y comprensión de mucha gente borrará el recuerdo de aquellos para quienes los perros son una molestia. Las largas caminatas colmadas de brincos y carreras; el silencio impregnado de los pasos custodios de un fiel compañero; las conversaciones sin otra respuesta que una mirada sincera y llena de vida…y tantos momentos indescriptibles convertirán el Camino en toda una hazaña. Y una experiencia inolvidable de dos grandes amigos.
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